¿POR QUÉ YA NO LEEMOS PERIÓDICOS?

La cosa es muy seria; y preocupa desde hace años a los grupos editoriales y consultoras de comunicación de todo el mundo.

Periódicos, periodismo, prensa, medios de comunicación

Una especie en extinción

El hecho es tan preocupante que cabeceras internacionales líderes como el The New York Times, el Herald Tribune o el The Boston Globe han sido adquiridas a precio de saldo. Porque valen una sexta parte de lo que valían hace cinco años; porque ya no tienen lectores.

La cruda realidad de los periódicos y la sangría de pérdidas en sus cuentas de resultados, también en España, han hecho saltar las alarmas con el balance de los dos primeros meses del 2015. Periódicos de primera línea como El País se han dejado 47.000 ejemplares en el camino en los dos primeros meses del 2015. Estamos hablando que desde el inicio de la crisis han desaparecido 11.250 periodistas de los 16.000 que existían en 2008, y ya tan sólo quedan 4.750 profesionales en las redacciones españolas.

Los periodistas en los periódicos son una especie en extinción porque ya no leemos periódicos. Muchos se regalan en el tren para mantener las cifras de lectores. Y cuando se espera que ya hayamos tocado fondo en la constante sangría trimestral de pérdida de lectores “print”, -atención que en los últimos 6 años las pérdidas de lectores trimestrales han sido de doble dígito- el registro de pérdidas, lejos de detenerse, se atreve con otro doble dígito más.

La razón la tenemos que encontrar en la banalización, como ocurre en muchas profesiones, de la actividad periodística. “De publicidad y medicina, todo el mundo opina”, decía un buen amigo publicista que abandonó el “mundillo”  hace unos años cuando empezó a generalizarse la publicidad low cost. Y en el periodismo también.

El low cost forma parte de nuestras vidas: cuando tramitamos un billete de avión, compramos un mueble, vamos al supermercado y también cuando queremos leer el periódico. Todos los intentos de los grupos editoriales por detener el descenso de lectores print e intentar cobrar por contenidos on-line han sido en vano. Realmente a las editoras les ha cogido el tren por no modernizarse mucho antes. Y, sobretodo, por no ponerse de acuerdo.

Pero atención que esto no es todo. Google se plantea retirar la búsqueda de la información médica de sus páginas ya que resulta que los pacientes, consultándolo todo a través de esta plataforma, acuden sobre informados a las consultas y, en ocasiones, optan por no seguir los consejos del médico sino de los que encuentran en Google. Esto ocurre en nuestro país. Y la culpa no es precisamente de Google.